En un futuro lejano, la tecnología ha avanzado y mejorado bastante, y con esto se ha podido crear Rekall, una empresa que puede convertir los sueños en recuerdos reales, haciendo que la frontera entre realidad y memoria se difumine. Ahí entra Douglas Quaid (Colin Farrel), una persona que está cansada de su vida normal y rutinaria, y que piensa con ser alguien diferente con una veda más "animada". Douglas entra en Rekall, y después de esto, empiezan a suceder muchas cosas inesperadas relacionadas con su vida personal: la policía le busca, su mujer (Kate Beckinsale) intenta matarlo, y lo más importante: todo el mundo sabe quien es Douglas, pero él mismo no lo sabe; ni siquiera sabe si el trabajo que iba a ser desempeñado en él por Rekall se llegó a realizar del todo.
No he visto la película original de Paul Verhoeven, y aún así no dejaba de llamarme la atención este film. Parecía un proyecto muy entretenido y original, con grandes dosis de acción y con un ritmo sin pausa. Cuando salí del cine me lo dije: la peor película de 2012.
La trama no tiene ni pies ni cabeza. No sé si esto ocurre lo mismo con el film original, pero aquí no te explican mucho (o era eso o porque me estaba durmiendo, una de dos), y encima es que era increíblemente aburrida. Parece ser que tiraron el guión a la basura y le preguntaron a un niño de siete años cómo le gustaría que fuese una película como esta. Eso sí, el chaval sabía lo que decía con la impresionante escenas de acción.
Tal vez me esté pasando, pero es que es verdad: es un tostón. Colin Farrel no interpreta; es más, no hace nada. Es como si le hubieran secuestra y lo hubieran puesto en el plató mientras dirigían. Totalmente desastrosa su interpretación. Kate Beckinsale actúa mejor que Colin, pero aún así no convence. La única interpretación interesante y notable que hay aquí es la de Jessica Biel, porque se nota con diferencia que ella tiene más vida que los otros dos. Es uno de los dos puntos positivos del film (junto a las escenas de acción-efectos especiales). Luego están Bryan Cranston y Bill Nighy, los secundarios. A ambos les faltaba una gran dosis de sal.
Los efectos especiales son de lo mejor del film. Las escenas de acción también son impresionantes (sobretodo la de la autopista y la del final).
El guión es sustituido por los efectos especiales, y en los momentos en los que se habla da vergüenza. Vamos, que meter dos o tres frases en el film y el resto efectos especiales... Pues ya aburre. Eso es lo que le faltaba: guión (por no decir que también le faltaba emoción, tensión, entretenimiento, diversión, etc...)
Por dios... Siete euros por ver esto... Rekall, ¿tienen hojas de reclamaciones?